4 c/s* de lácteo vegetal o lácteo de origen animal
(kéfir, requesón, queso batido..)
2 c/p de aceite de 1ª presión en frío
Zumo de medio limón
1 c/s biológica o medio plátano maduro
2 c/p* de cereales completos y crudos recién
molidos (evitar los que contienen
gluten). La avena es la opción más recomendada.
1 c/p de frutos secos o semillas oleaginosas (pipas
de calabaza, girasol, lino, chía..)
Fruta de temporada rallada o a trozos
Se pueden añadir otros elementos como levadura de cerveza,
própolis….
Los ingredientes de esta crema se
oxidan rápidamente, por lo que una vez preparada, ha de consumirse.
* c/p - c/s: cucharadas de postre - cucharadas soperas
* c/p - c/s: cucharadas de postre - cucharadas soperas
La
Crema
Budwig tiene una interesante historia que intentaré resumir para que conozcáis
lo beneficioso que resulta su consumo.
Debe
su nombre a su creadora, la doctora Johanna Budwig, (Alemania, 30
de septiembre de 1908 - 19 de mayo de 2003) química y farmacéutica, doctorada en Física y que posteriormente
cursó la carrera de medicina. Fue nominada al premio Nobel de Medicina en siete
ocasiones y considerada una autoridad mundial por sus investigaciones sobre las
grasas y su influencia en el organismo humano.
Estudió
las grasas hidrogenadas y otras grasas desnaturalizadas. Sus conclusiones
fueron claras: los efectos de estas grasas sobre la salud son nefastos. Ya en
los años 50, la Dra. Budwig nos advertía del peligro de las grasas
hidrogenadas. Sesenta años después seguimos encontrándolas en la composición de la mayoría de los
alimentos industriales.
Trató
a más de dos mil personas, con un porcentaje de éxito del 90%, no sólo en
cáncer sino en todo tipo de enfermedades degenerativas. Hay que decir, que además
de esta crema, incluía otros aspectos imprescindibles para completar las
terapias como eran el cambiar los hábitos de vida, especialmente la dieta; tomar el sol; realizar ejercicio físico adecuado a cada
persona; observar un descanso reparador y mantener una actitud mental positiva.
Posteriormente,
la doctora
Katherine Kousmine, (Rusía,
17 de septiembre de 1904 – Suiza, 24 de agosto de 1992) también investigó sobre
cáncer y aplicó sus descubrimientos a pacientes con esta dolencia y otros con enfermedades
degenerativas y autoinmunes. En todos ellos detectó errores en la dieta
alimenticia que provocaban un escaso o defectuoso funcionamiento del sistema inmunológico. A partir de estas
observaciones, desarrollo un tratamiento que incluía la Crema Budwig como fundamento
de la dieta.
La
genuina Crema Budwig está hecha con requesón ecológico bajo en grasa y
aceite de lino. Las cremas elaboradas con yogures, leches vegetales… son
válidas como alimento pero no como tratamiento. La variante de la crema
desarrollada por la doctora Kousmine tenía el objetivo lograr un desayuno nutritivo
y saludable.
Esta
es pues la finalidad que tiene la receta que hoy os propongo yo.
Esta
crema es un desayuno superrecomendable que se adapta a los gustos de cada persona: se pueden variar las frutas,
las semillas, la base láctea… También se adecúa a la edad: la puede tomar desde
un bebé de seis meses (con cereales sin
gluten) hasta ancianos, pasando por niños, mujeres embarazadas, mujeres
lactantes y adultos en general.
Por
si fuera poco, permite adaptarla a cada
patología: si hay atopía; se eliminarán
los lácteos animales, el gluten y los frutos secos; para diabéticos,
eliminaremos la miel; si hay problemas prostáticos, añadiremos pepitas de
calabaza; si hay estreñimiento, indicamos las semillas de lino… y, así, un sinfín de variantes.
El
valor nutritivo de esta crema es aproximadamente el siguiente:
Valor
calórico: 265kcal / Proteínas: 5 gr / Glúcidos: 32 gr/ Lípidos: 13 gr
Es
pues un desayuno ideal, personalizable, saciante y muy, muy rico. Animaos a probarla y seguro que repetiréis.
Para
saber más: