Estamos en invierno y en plena temporada de repollo. Nuestras huertas están en plena producción de los mismos por lo que optamos por hacer ensalada con ellos en lugar de lechuga y la verdad es que es una alternativa estupenda.
Además es una preparación sencilla y rápida pues no necesita cocinado y si además la acompañáis de un huevo casero cocido, tenéis una comida completa y saludable.
Si nunca lo habéis probado crudo, os animo a hacerlo y veréis como os sorprenderá.
Ingredientes:
- Repollo blanco
- 1 o 2 zanahorias
- 1 o 2 manzanas
- 1 puñadito de nueces (opcional)
- 1 cucharada de sésamo tostado (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de manzana o vino
- Sal
Procedimiento:
Cogeremos el repollo deseado (un cuarto, medio... según la cantidad que deseemos preparar y su tamaño) y lo cortaremos muy finamente con una mandolina o rallador similar. También rallaremos la zanahoria y la manzana una vez peladas. Mezclaremos todo junto con las nueces troceadas. Mezclaremos todo en un bol amplio y aliñaremos con la sal, el aceite y el vinagre. Las semillas de sésamo se podrían añadir también en este momento, pero yo lo hago antes de servirla pues es muy recomendable dejar la ensalada macerar con el aliño durante unas horas. Así conseguiremos que el repollo se ablande un poco y que los sabores se fusionen y tenga un punto más dulce la ensalada.
Pasadas unas horas, ya tenemos nuestra deliciosa ensalada para disfrutar.
Nota: si hacéis más cantidad de la consumida, se conserva perfectamente en la nevera e incluso está más rica.
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