miércoles, 30 de septiembre de 2015

Caldo de verduras



 
Una zanahoria
Un nabo
Un puerro
3 litros de agua
Todo bien trinchado. Lo cocemos muybien  y lo trituramos con la Turmix

400gr de repollo muy picado
1l  de caldo de carne o pollo

Añadimos este caldo al líquido que tenemos en la olla y le damos calor a hervir
Entretanto picamos muy bien picado el repollo y lo añadimos al conjunto. Dejamos cocer bien, salamos y servimos.


martes, 29 de septiembre de 2015

Pollo asado






Ingredientes:

  • Un pollo ecológico o casero
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal


Procedimiento:



Precalienta el horno a 200ºC
Limpia el pollo de cualquier resto de plumón.
Sálalo por su interior e imprégnalo levemente con aceite.
Mételo en el horno durante 20 min. por Kg. de peso
Siempre apoyado sobre su lomo, gíralo a mitad de cocción.
De todas formas, antes de sacarlo pínchalo profundo con una brocheta en la zona de la pechuga. Si sale agüilla blanca, el pollo está asado.
Sácalo y mantenlo tapado con papel de aluminio durante unos veinte minuto.
Trínchalo y sírvelo


lunes, 28 de septiembre de 2015

Mejillones en vinagreta



2 kg de mejillones gallegos
Agua
Vino blanco seco (facultativo)
Pimienta en grano
Sal

Vamos a cocer los mejillones gallegos, en el fondo de la olla donde, ponemos la altura de un dedo de líquido: mitad agua, mitad vino blanco seco, unos granos de pimienta negra machacada y un puñado de sal.

Echamos los mejillones y llevamos a fuego vivo con la cazuela tapada.
Muy importante: nada más empezar a abrir, agitamos la cazuela para favorecer el proceso y retiramos del fuego, Hay que abrirlos pero evitar que cuezan demasiado y se acartonen

Pasamos a retirar una de las conchas y los limpiamos de barbas y reservamos.


Para la vinagreta

Una cebolla hermosa picada en cubos diminutos
Un pimiento verde italiano trinchado del mismo modo
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de Jerez o manzana
Sal

Picamos la misma cantidad de cebolla que de pimiento verde y un puñado de perejil. Le añadimos tres partes de aceite de oliva virgen extra y una parte de vinagre de Jerez.
Salamos y ponemos un punto de pimienta.

En cada mejillón ponemos una cucharada de vinagreta y servimos.

sábado, 26 de septiembre de 2015

“Passata” de tomates de nuestra huerta



4 kg. tomates bien maduros lavados y cortados en trozos gruesos
Un puñado de hojas de albahaca y salvia
4 dientes de ajo pelados y trinchados
Una pizca de sal

Se ponen a cocer los ingredientes en un recipiente de paredes gruesas- es ideal la cocotte de hierro  fundido-  para que aguante una cocción lenta, destapada,  durante unas dos o tres horas. Se lleva a hervir y se baja el fuego para que se vaya reduciendo durante todo el tiempo que será necesario. Es un proceso lento, pero os aseguro que merece la pena.
Se va revolviendo de vez un cuando y aplastando con cualquier instrumento adecuado.
El conjunto bien blando se pasa por el chino y se continúa cociendo hasta que se concentre sin presentar agüilla en los bordes del recipiente.
Es resultado es maravilloso: una salsa de tomate concentrada con todo el dulzor del fruto. Dan ganas de comérsela a cucharadas: puro paleo.
Se deja enfriar y se envasa o congela.

Se utilizará para fondo de pizzas paleo o para acompañar cualquier plato que le convenga.




Pimientos asados



Nuestra huerta también da pimientos. ¡Qué le vamos a hacer!

 

Ingredientes:
 
  • Los pimientos que quepan en la bandeja del horno
  • Aceite de oliva
  • Vinagre
  • Sal


Procedimiento:


Se trata de meterlos en el horno previamente calentado a 180º C.
Los ponemos sobre la bandeja ligerísimamente impregnados de aceite de oliva. Esa pequeña película grasa permite que la temperatura suba por encima de los cien grados y se produzca la caramelización sabrosa de los azúcares naturales del fruto.
Los dejamos asar durante unos treinta minutos aproximadamente.
Apagamos el horno y los dejamos enfriar en el interior.
La humedad interna y el calor residual, provocará que la piel se le desprenda con facilidad a la hora de pelarlos, retirarle las semillas y cortarlos en tiras para, a seguir, sazonarlos con un suspiro de aceite, un aliento de vinagre y la sal necesaria.
Acompañan cualquier plato o respaldan bocadillos hechos con pan de verdad de manera gloriosa.





jueves, 24 de septiembre de 2015

Ostras





Me gusta comer (ostras) en compañía. Para mí, las ostras son aperitivo de sábado o domingo. Una docena es medida justa. Cada una con su aquel de limón que abrillanta el sabor a mar de la vianda. Cada dos, un sorbo de blanco godello para estimular el paladar y, a continuación, un mordisco de pan de verdad cocido en horno de leña, mixtura de centeno y trigo, para limpiar el paladar antes de repetir la serie.
Nuestra dieta incorpora elementos de placer como este, qué le vamos a hacer.
Conversación, compañía y "sentir a Terra rodar".
 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Solomillo a la plancha




¿2 personas?
250 gr de solomillo en madallones
Aceite de oliva
Sal

Se pasa el solomillo por la plancha muy caliente y ligeramente untada con aceite de oliva.
Recomiendo dejarlo al punto; que quede ligeramente rosado en el interior. Si no se conoce la técnica del tacto, puede darse un corte para ver el punto de cocción. No hay que ser demasiado ortodoxos en esto.
Se sazona el plato y se sirve acompañado de pimientos asados.



martes, 22 de septiembre de 2015

La dieta paleo




 Foto tomadas de Francis Holway

Paleodieta: esa gran desconocida.

Desde hace relativamente poco tiempo, se viene oyendo hablar de una dieta llamada Paleo o Paleo Dieta. A pesar de su novedad ya cuenta con muchos seguidores pero todavía son más los que desconocen en qué consiste.

¿Cómo surge la Dieta Paleo?

La Dieta Paleo está basada en el trabajo del Dr. Cordain pionero en divulgar las virtudes de la dieta del paleolítico. En tres libros publicados explica las bases para una dieta óptima y saludable; información detallada de cómo los atletas pueden mejorar su rendimiento modificando ligeramente la Paleo Dieta y cómo esta dieta cura el acné basándose en recientes investigaciones científicas.

El 1985,  se publicó un primer artículo titulado “Paleolithic Nutrition” en la prestigiosa New England Jounal of Medicine, cuyo autor, S. Boyd Eaton, de la Universidad Emory de Atlanta, sugería que la dieta ideal sería la que se seguía en la Edad de Piedra. El Dr. Cordian y  el Dr. Eaton trabajaron juntos para aportar pruebas unidos a otros científicos y antropólogos publicando sus investigaciones en las principales revistas de nutrición del mundo.

Hay que puntualizar que no son muchos los estudios publicados hasta el momento: siete en concreto y uno pendiente de publicación. Son estudios de intervención que cuentan con dos limitaciones importantes, a saber: por un lado las muestras estudiadas son pequeñas;  setenta participantes en el que más; y por otro, la duración de los estudios no es muy prolongada en el tiempo: van desde los catorce días a los dos años el de mayor duración (Mellberg M. y otros)

Al seguir esta dieta en comparación con otras, todos los pacientes presentaron cambios significativos en diversas variables: peso corporal, glucosa, perímetro abdominal, triglicéridos…

No obstante lo anterior estos estudios cuentan con tres puntos fuertes. Primero: se comparó la dieta paleo con otras dietas saludables. Segundo: el grupo control recibió el mismo apoyo en intensidad y tipo de educación y,  tercero: testan la hipótesis evolutiva al comparar dietas con y sin cereales, legumbres y lácteos.

En la actualidad los estudios que se están realizando pretenden refutar la hipótesis de que una dieta paleo no produciría efectos diferentes a una dieta con cereales y lácteos.



Vayamos al principio

Solo con observar a nuestro alrededor podemos ver que algo está fallando: nunca hubo tantos medios a nuestro alcance para vivir mejor y paradójicamente cada vez estamos más enfermos y somos más infelices. Sí, es cierto que nunca hubo un sistema de salud tan bueno como el actual ni medicamentos tan eficaces como ahora, pero aún así las enfermedades, especialmente crónicas  aumentan y aparecen a edades más tempranas.

A partir de la Revolución Industrial, hace apenas 200 años, nuestros estilos de vida y alimentación, cambiaron radicalmente. Se adoptaron usos en agricultura que aumentan la producción (maquinaria, abonos, rotación de cultivos…) y se dio un excedente de producción.

Los avances tecnológicos nos han hecho la vida mucho más fácil pero también nos han traído multitud de problemas en esta etapa postindustrial. El exacerbado uso  de instrumentos hace innecesario el movimiento del cuerpo: hemos ido apoltronándonos. Los procesos de transformación industriales han generado alimentos cada vez más alejados de la naturaleza, hasta el punto que su ingesta nos daña. No hace falta remontarse al sigo XIX;  los que vamos cumpliendo años sabemos que el modo de vida y la nutrición de nuestros abuelos o incluso padres, no tenía mucho que ver con la nuestra. Todos estos cambios en un periodo cortísimo de tiempo en términos evolutivos, provocan que nuestro organismo se haya sobresaltado sin poder  adaptarse a semejante aluvión de modificaciones, de aquí todas las consecuencias negativas.   

La teoría Paleo se basa en esto precisamente, en la falta de adaptación genética a determinados alimentos: no ha habido tiempo suficiente para ello. Serían  necesarios cientos de miles de años para que las adaptaciones necesarias se produjesen.

En el Paleolítico nos convertimos en cazadores-recolectores, introduciendo en nuestra dieta las proteínas y las grasas animales de la carne y el pescado. Este periodo abarca desde hace dos millones de años hasta hace unos diez mil, por lo tanto hemos vivido en este estadío nutricional, un 95% del tiempo de nuestra existencia como especie.

El Neolítico surge en Mesopotamia hace tan solo diez mil años, con la aparición de la agricultura y la ganadería. Esta es la primera vez que  el ser humano empieza a comer cereales, harinas y lácteos. Pero esta tendencia alimentaria llega a nuestro territorio hace todavía menos tiempo, entre tres y cuatro mil años. Pero si esto ya era nuevo para nuestra especie, la Revolución Industrial y las etapas postindustriales nos traen la generalización de los azúcares, la bollería industrial, los aceites vegetales, alimentos ricos en sal, las grasas trans…

La Dieta Paleo pues es aquella basada en la alimentación pre-agrícola, con la que nuestra especie ha convivido durante más del 95% de su existencia y para la que estamos adaptados.

¿Y qué comía el hombre paleolítico?

Comía lo que el medio natural producía. Era fundamentalmente cazador-recolector de pescado, carnes, huevos, frutos de mar, vegetales, bulbos, bayas, semillas y frutas.

Por lo tanto, los alimentos procesados no están permitidos en la dieta paleo: cereales y harinas, lácteos, azúcares, ciertos aceites vegetales y la sal. Estos alimentos causan intolerancias, inflamaciones, obesidad, diabetes, acné... entre otras enfermedades.

¿Cada cuánto comía?

Cabe pensar que nuestros ancestros no comían cada tres horas, sino que lo hacían después probablemente de recorrer grandes distancias en busca de alimentos, es decir con el estómago vacío. Una vez encontrados los alimentos se saciaban y quizás no ingerían nada hasta bastantes horas después.

Esta pauta alimenticia es la que propugna la Paleo Dieta, no sólo no es necesario comer cada poco sino que es perjudicial. Nuestro cuerpo necesita dar reposo a nuestro intestino y el hecho de estar realizando constantemente digestiones no nos favorece en absoluto.

Se debería pues comer con hambre y beber con sed. De hecho si no ingiriésemos líquidos de manera continua (un café con leche, un refresco, una caña, otro café…) ni siquiera una fruta jugosa, tendríamos de nuevo la sensación de sed. Sentiríamos placer al beber y no desearíamos otro líquido que no fuera un buen vaso de agua.

Por lo tanto la Dieta Paleo no aconseja desayunar, no considera esta comida imprescindible. Lo ideal sería comer al mediodía (después de haber realizado las actividades diarias o deportivas) y con hambre y de cena algo ligero.



¿Y además de la dieta?

El estilo de vida Paleo incluye también otra serie de actuaciones beneficiosas para nuestra salud como son: tomar el sol, imprescindible para la síntesis de vitamina D y absorción del calcio. Dormir bien, es decir, respetando las horas de sol y las de oscuridad y convivir con la tribu, relacionarse más con la comunidad. Y por supuesto moverse: el movimiento es básico para la salud. Pero el movimiento que proponen ha de ser funcional: andar, correr, saltar, subir a los árboles, reptar… igual que lo hacían nuestros antepasados. En este tipo de ejercicios se basan los entrenamientos Paleo y para ello no son necesarias máquinas o artilugios complejos, nuestro cuerpo es suficiente para realizar ejercicio que nos permita estar fuertes y hábiles.



Conclusiones:

A falta de más estudios, la Dieta Paleo parece ser una opción saludable para nuestra especie teniendo en cuenta nuestros genes, eso sí, adaptándola a cada caso particular: enfermedades de base, actividad física… Lo que hay que demostrar es que es mejor que las que contienen cereales y lácteos. Los detractores de la misma, añaden a la falta de estudios, la poco adherencia de las personas a la dieta, y no es de extrañar porque supone renunciar a muchos de los alimentos que hemos incorporado de manera habitual y excesiva a nuestra alimentación e incrementar otros cuyo consumo es escaso. En cualquier caso, es cuestión de probarlo por que lo que está claro es que una alimentación parecida a la que tuvimos durante nuestra evolución no debería suponer riesgos para la salud.






Fuentes:

“Paleolithic nutrition” Eaton SB, et al.N Engl J Med. 1985

Campillo, José Enrique,  El Mono Obeso, editorial Crítica, Barcelona, 2007

Cordain, Loren, La Dieta Paleolítica, Urano, Barcelona, 2011

Cordain, Loren y otro, Paleodieta para deportistas, editorial Desnivel, Madrid, 2007

Wolf, Robb, La dieta paleo, Ed. Timun Mas, Barcelona, 2011

jueves, 17 de septiembre de 2015

Melón con jamón




Jamón ibérico
Melón maduro

Proteinas, hidratos, grasa, vitaminas, agua…



Merluza hervida





4 lomos de merluza, descamados y limpios de espina
4 patatas medianas
½ cebolla pelada
1 hoja de laurel
Sal
AOVE

Pon agua en la cantidad justa para cubrir las patatas, la cebolla y la hoja de laurel. Sálala.
Al hervir, sumerge las patatas y cubre a medias el recipiente. Estarán en veinte minutos.
A estar cocidas, tienes que retirar practicamente toda el agua. Deja en el fondo solo una lámina de liquido. Baja el fuego. Pon sobre las patatas la merluza y tapa el recipiente. En diez minutos el pescado estará cocido y pleno de sabor. Los jugos de la merluza se habrán extendidos sobre los tubérculos y todo funcionará si lo rocias con aceite de oliva virgen extra. Sirve y sonríe.



Brownie de calabaza o calabacín




Hoy os propongo un brownie otoñal pues uno de sus ingredientes es la calabaza. También podéis hacerlo con calabacín. La diferencia estará especialmente en el dulzor que será ligeramente mayor si lo hacéis con calabaza. Fácil, rico y saludable. Os invito a probarlo.
 
 
 
 
 
 
Ingredientes:
 
  • 200 gr de harina de avena
  • 400 gr de calabaza o calabacín crudo y pelada
  • 10 clara de huevo
  • 60 gr de proteína de guisante (sabor chocolate).  En su lugar se pueden añadir 6 claras más
  • 3 c/soperas de cacao puro
  • stevia al gusto si se desea
  • 1 sobre de levadura
  • 2 plátanos
 
Procedimiento:
 
Simplemente batiremos bien todos los ingredientes (excepto los plátanos) hatas lograr una mas homogénea, suave y aireada. 
Mientras tanto habremos puesto el horno en marcha para que se caliente a 180ºC.

Ahora, trocearemos los plátanos y los hundiremos en la masa que habremos colocado ya  en el molde escogido.
Lo llevaremos al calor durante unos 25 minutos (el tiempo dependerá del horno, el molde elegido...). Desmoldaremos y dejaremos enfriar.
 
Nota: si lo deseáis, podéis añadir también nueces u otro fruto seco a elección para darle un toque más crujiente y tres o cuatro dátiles a la masa para endulzar en lugar de la stevia.





Pechuga de pollo rellena con salsa de piquillos





Ingredientes:

  • Un filete grande de pechuga de pollo
  • 6 Lonchas de queso de cabra, aprox.
  • 6 Lonchas de jamón cocido o ibérico
  • Un puñado de aceitunas
  • AOVE
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Ajo
  • Tomillo, albahaca, romero y orégano

Para la salsa de piquillos:

  • 80 gr de pimientos de piquillo asados o en conserva
  • 1 diente de ajo
  • ½ cebolla trinchada
  • AOVE

Procedimiento:


Salpimienta la pechuga e imprégnala de hierbas aromáticas. Sencillo: sobre la tabla, esparce sal y las hierbas aromáticas picadas. Reboza el filete de pollo con la mezcla. Hazlo por ambos lados de la carne.

Extiende la pechuga sobre un film de cocina y tapízala con el queso, el jamón y las aceitunas picadas.
Ahora enrolla la pechuga sobre sí  misma para que guarde en su interior el relleno. Envuélvela en el film apretando firme. Cogerá forma y no será necesario ni atar ni pincharla con palillos para cocinarla. Dejar reposar al menos dos horas en la nevera así enrollada.
Precalienta el horno a 180ºC.
Prepara un trozo generoso de papel de aluminio que sea lo suficientemente amplio para contener el pollo formando un papillote.
Coloca el pollo en el centro y lo acompañas con el ajo picado y  un aire de aceite. Cierra el papillote e ponlo en el hormo, que cueza durante unos 25 minutos.
Al salir, lo dejarás reposar unos 10 minutos más. El tiempo de preparar la salsa.
Sírvelo trinchado y acompañado con la salsa de piquillos.

Salsa:

Sofríe la cebolla trichada y el ajo laminado sin que cojan color. Cuando ablande el conjunto y vaya dorando, añade los pimientos en tiras. Cocinael conjunto durante unos cinco minutos.
Tritura y reduce a fuero medio durante cinco minutos más de forma que se concentre el sabor.