Mejillones al vapor con vinagreta (II)

Los mejillones son denominados el marisco de los pobres pues son asequibles a cualquier bolsillo. En casa nos gustan tanto que estamos encantadas de que sean tan baratos y tan ricos. Entre otras cosas, los mejillones son una gran fuente de proteína y hierro. Su sabor a mar es una delicia y la verdad es que no necesitan nada más para comerlos pero con zumo de limón o una rica vinagreta están también deliciosos. 

Hace un par de días nos han regalado 20 kilos de mejillones de nuestra Ría de Vigo, por lo que los he preparado de varias formas y los que no hemos consumido, simplemente los he congelado una vez abiertos y desconchados. 

En el blog podéis encontrar otras recetas de mejillones, pero hoy os dejo de nuevo la preparación básica y una variante de vinagreta.

Ingredientes:

• Mejillones de la ría
• Agua
• Vino blanco
• Granos de pimienta
• Media cebolla
• Medio pimiento verde
• Un trocito de apio
• 1 huevo cocido eco o casero
• Aceitunas
• Mostaza
• Aceite de oliva virgen extra
• Vinagre de manzana

Procedimiento:

Lo primero que hemos de hacer será limpiar muy bien los mejillones, quitándole todas las barbas y cepillándole bien las conchas. A continuación colocaremos una olla al fuego con agua fría (muy poca, sólo para cubrir el fondo), un chorrito de vino blanco y tres granos de pimienta. Colocaremos en ella los mejillones y la taparemos. Dejaremos que abran durante unos cinco minutos en cuanto empiecen a hervir y listo. Ya tenemos los mejillones preparados para comer.

Si queremos podemos servirlos retirando la concha en la que no está el mejillón y aliñar con el zumo de un limón o preparar una vinagreta.

En este caso, trocearemos el pimiento, la cebolla, el apio, las aceitunas y el huevo, en trocitos muy pequeñitos. Añadiremos vinagre, aceite de oliva y una cucharadita de mostaza. Mezclaremos bien y serviremos sobre los mejillones en su concha o colocaremos la vinagreta en un recipiente para que cada comensal la incorpore a su gusto. 

Nota: desechar siempre aquellos mejillones que no se hayan abierto en la cocción. Se pueden tomar fríos o calientes (recién abiertos). También podéis presentarlos sin las conchas.