Estas galletas son deliciosas y no contienen glúten. La clave está en las especies: jengibre, canela y cardamomo. Si las hacéis especialmente para niños os aconsejo disminuir la cantidad de las mismas porque su sabor es muy potente... aunque si les gustán así, estupendo. Además lo pasaréis genial con ellos si os ayudan a darle forma a las galletas...
Ingredientes:
- 1/2 taza de nueces
- 1/2 taza de harina de avena
- 1/4 taza de harina de trigo sarraceno
- 1/2 taza de semillas de sésamo
- 3 cucharadas de canela
- 4 cucharadas de jengibre en polvo
- 1/4 de cucharada de vainilla
- 1/4 de cucharada de cardamomo
- 1 cucharada de ralladura de naranja
- 1 cucharada de ralladura de limón
- una pizca de sal
- 30 dátiles tiernos (según el tamaño podrías necesitar más)
Procedimiento:
En primer lugar hay que triturar el sésamo y las nueces por separado en un molinillo o procesador de alimentos. Hacerlo con cuidado sin que lleguen a hacerse una pasta. Reservar.
Si la avena la tenéis en copos y el trigo sarraceno en grano, también haréis harina con ellos.
Colocar todas las harinas en un robot de cocina, añadir las especias, las ralladuras, la sal y triturar muy bien para que se mezcle todo.
A continuación añadir los dátiles y triturar bien hasta que quede una masa pegajosa y moldeable. Si no tiene la consistencia adecuada, ir añadiendo más dátiles hasta conseguirla.
Retirar del robot y hacer una bola. Colocarla entre papel de hornear o film, aplastar con la mano y extender con un rodillo hasta obtener un grosor fino, de unos 6 mm.
Con un corta galletas darle la forma deseada y colocarlas con cuidado sobre un papel de hornear en la bandeja del horno.
Hornear con el horno previamente calentado a 200º C durante 7 minutos. ¡Ojo con el tiempo de cocción!. Saldrán algo blanditas pero ya endurecerán al enfriar. Si os excedéis quedarán muy duras y secas.
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