El wok es una especie de sartén utilizada en la cocina asiática. En él podéis cocinar de una manera rápida y saludable carnes, pescados, verduras...Lo único a tener en cuenta es que hay que trocear los ingredientes en trocitos pequeños para que se cocinen rápidamente. Las verduras y hortalizas no necesitan cocción previa y quedan con un punto crujiente delicioso. En este tipo de preparados se mantienen muy bien las vitaminas de los vegetales.
En este caso una aburrida pechuga de pollo se ha convertido en un plato delicioso.
A los niños les encanta esta forma de preparación porque no tienen que cortar la comida y si además tenéis palillos chinos, se lo pasarán en grande intentando utilizarlos.
Ingredientes:
- 1 pechuga de pollo casera
- 200 gr de brócoli cruda
- 2 zanahorias crudas
- 2 dientes de ajo
- 1/2 cebolleta
- 1 rodaja de piña natural
- 1 chorrito de salsa de soja
- 1/2 cucharadita de curry
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1/2 cucharadita de jengibre
- pimienta negra
- sal
- aceite de coco u oliva virgen extra
Procedimiento:
Trocear todos los ingredientes en trocitos pequeños. Empezaremos calentando bien el wok y cocinando el pollo al que previamente le habremos añadido sal y pimienta negra. Lo saltearemos con muy poquita cantidad de aceite de coco u oliva. Lo reservaremos en un plato. Hay woks que traen una rejilla, si es vuestro caso, colocaremos ahí el pollo para que no se enfríe.
A continuación saltearemos el ajo, la cebolleta, el brócoli y la zanahoria todo junto removiendo con una cuchara de palo. Por último incorporaremos la piña, las especias y la salsa de soja. Rectificaremos de sal si es preciso y una vez estén las verduras a nuestro gusto, incorporaremos de nuevo el pollo, integraremos con las verduras y listo.
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