El pollo asado es de los platos más fáciles y versátiles que hay. En este caso lo único especial es que está adobado con cúrcuma para aprovechar las magníficas propiedades de esta especia. Lo más destacado de ella es su poder antiinflamatorio, por eso yo la incluyo en todas las preparaciones que puedo y os recomiendo que lo hagáis, siempre añadiendo también una pizca de pimienta negra para mejorar su absorción y potenciar sus propiedades. ¡Ah! Si nunca la habéis probado, deciros que no da sabor pero sí color, por eso es una estupenda opción para usar como colorante saludable (nunca uséis el colorante alimentario que venden en los supers, tartracina) junto con el pimentón o el azafrán.
Ingredientes:
- 1 pollo casero, ecológico o campero
- 1 cebolla grande
- 1/2 pimiento verde
- 1/2 pimiento rojo
- 2 zanahorias
- perejil
- 3 dientes de ajo
- pimienta negra
- sal
- cúrcuma
- 1 buen chorro de aceite de oliva virgen extra
- medio vaso de vino blanco
- medio vaso de agua
Procedimiento:
En primer lugar trocearemos el pollo a nuestro gusto.
En un bol colocaremos la sal, la pimienta, la cúrcuma, el perejil y el aceite de oliva. Integraremos bien y vertermos sobre el pollo dejándolo reposar unas horas (lo ideal es dejarlo en adobo la noche anterior).
Para asar el pollo tomaremos la bandeja elegida y en ella colocaremos la cebolla cortada en tiras, los ajos fileteados, los piminetos y las zanahorias. Colocaremos sobre esta cama de vegetales los trozos de pollo y lo rociaremos con el aciete del adobo, el vino blanco y el agua.
Hornearemos a 180 ºC durante el tiempo necesario (dependiendo del tipo de pollo puede ser una hora o más). Durante la cocción hay que vigilarlo por si se queda sin jugo, en este caso habría que añadir un poco más de agua.
Acompañaremos el pollo con la guarnición que deseemos. En este caso fue una ensalada y una mezcla de arroces: salvaje, basmati e integral.
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